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miércoles, 9 de noviembre de 2016
Gráficos: 6 Sonido: 8.7 Jugabilidad: 6.2 Innovación: 6
El crimen organizado se presenta en esta ficticia representación de la Nueva Orleans de finales de los 60.
2K Games vuelve a meternos de lleno en el sindicato del crimen, cambiando los desarrolladores responsables de la entrega anterior, de 2K Czech a los americanos Hangar 13, que se enfrentan a su debut como estudio. Cambiando también la tan abordada mafia italiana por la mafia negra de la Nueva Orleans en la posguerra de Vietnam.
Lincoln Clay reclama venganza
Como hemos dicho, el juego se sitúa en New Bourdeaux, esa ficticia representación de la Nueva Orleans de 1968, justo después de finalizar la guerra de Vietnam. De ahí es precisamente de dónde surge nuestro protagonista, Lincoln Clay. Lincoln, es un chico de color, huérfano y de raíces dominicanas e italianas, que regresa a casa tras combatir en dicha guerra. Todo a su vuelta se verá rápidamente truncado, después de rechazar una oferta de Sal Marcano, capo de la mafia italiana y 'dueño' de la ciudad, para unirse a su organización. Los sicarios de Marcano emboscarán a Lincoln y su familia adoptiva, pertenecientes a la mafia negra, liquidándolos a todos y dando por muerto a nuestro protagonista. Aquí, y bajo la premisa de la venganza, empieza de verdad nuestra historia. Una venganza que maceraremos de forma lenta y trabajada, para deshacer desde los cimientos el gran ovillo de lana de la orden criminal de Marcano, y así, de paso, ocupar su lugar ganando terreno palmo a palmo.
Toda la narrativa, a su vez, será contada desde un futuro, el que representa que es nuestro presente, dos años después de los hechos que estamos llevando acabo en 1968, en la cámara del comité del senado, a modo de grabaciones y distintas declaraciones sobre como Clay se alzó hasta la cumbre del crimen organizado.
Organizando al crimen
Tal y como cuenta el vídeo sobre estas líneas, nuestra venganza se llevará a cabo desde abajo, pero por desgracia, de forma alarmantemente repetitiva. Toda la red criminal estará dividida en distritos plagados de distintos negocios ilegales de los más bajos fondos, abarcando, entre otros, prostitución, tráficos de drogas, armas y coches o de corrupción inmobiliaria. En cada territorio deberemos interrogar a golpes a 3 confidentes (Luego pueden ser ejecutados o reclutados) y tras ello acudir a dichos negocios dónde tendremos que liarnos a tiros con los secuaces de Marcano y destruir algunos bienes que ahoguen sus ingresos hasta alcanzar una cifra previamente fijada y que esto haga revelar la posición del capo al cargo del barrio, al cuál degollaremos el gaznate.
Posteriormente esas laguna de poder creadas en la organización de Marcano servirán para erguir en su lugar nuestro propio tinglado. Esto último no lo haremos solo, ya que contaremos con la ayuda de otros tres personajes también enfrentados con el viejo capo italiano. Una haitiana llamada Cassandra, un borracho irlandés apellidado Burke y Vito Scaletta, el que fuera protagonista de Mafia II, serán nuestros lugartenientes encargados de ir manejando los distritos que liberemos, una vez hayamos escogido a quién se lo cedemos. Según el elegido contaremos con unas recompensas u otras, pero ¡ojo! Si alguno de los tres considera que esta siendo ninguneado no dudará en alzarse en armas contra nosotros.
He aquí dónde reside uno de los grandes lastres de este Mafia 3, y es que, como ya hemos dicho este proceso, exceptuando el tipo de barrio y de negocio, será exactamente igual para cada uno de los distritos, volviendo muy repetitivo el gran grueso de la trama con estas "misiones secundarias" enquistadas en la historia principal. A lo que además sumamos que, el orden al escoger los distritos a limpiar, sea prácticamente toda la libertad a la que podemos ceñirnos en esta enorme ciudad que se antoja vacía ante la ausencia de actividades que nos permitan disfrutar de su esplendor. Si que encontraremos varios tipos de coleccionables (revistas Playboy, Hot Rod y Repent, cuadros, carteles de propaganda o álbumes musicales), muy acordes con la época en la que se ambienta la entrega, todo hay que decirlo. Pero más allá de ello, nuestra comunión con la ciudad será meramente presencial.
¿Hay alguien ahí?Posteriormente esas laguna de poder creadas en la organización de Marcano servirán para erguir en su lugar nuestro propio tinglado. Esto último no lo haremos solo, ya que contaremos con la ayuda de otros tres personajes también enfrentados con el viejo capo italiano. Una haitiana llamada Cassandra, un borracho irlandés apellidado Burke y Vito Scaletta, el que fuera protagonista de Mafia II, serán nuestros lugartenientes encargados de ir manejando los distritos que liberemos, una vez hayamos escogido a quién se lo cedemos. Según el elegido contaremos con unas recompensas u otras, pero ¡ojo! Si alguno de los tres considera que esta siendo ninguneado no dudará en alzarse en armas contra nosotros.
He aquí dónde reside uno de los grandes lastres de este Mafia 3, y es que, como ya hemos dicho este proceso, exceptuando el tipo de barrio y de negocio, será exactamente igual para cada uno de los distritos, volviendo muy repetitivo el gran grueso de la trama con estas "misiones secundarias" enquistadas en la historia principal. A lo que además sumamos que, el orden al escoger los distritos a limpiar, sea prácticamente toda la libertad a la que podemos ceñirnos en esta enorme ciudad que se antoja vacía ante la ausencia de actividades que nos permitan disfrutar de su esplendor. Si que encontraremos varios tipos de coleccionables (revistas Playboy, Hot Rod y Repent, cuadros, carteles de propaganda o álbumes musicales), muy acordes con la época en la que se ambienta la entrega, todo hay que decirlo. Pero más allá de ello, nuestra comunión con la ciudad será meramente presencial.
Llegados al aspecto puramente jugable si nos topamos con dos grandes mecánicas a alabar, aunque también presentan algunos errores de bastante peso. Éstas no son otras que el combate y la conducción.
El sistema de combate nos mostrará parte de lo mejor y lo peor del título, según el enfoque que le demos a nuestras incursiones. Por un lado, si optamos por irrumpir en las bases enemigas a tiro limpio y disparando a diestro y siniestro, veremos que las mecánicas de apuntado y el empleo de coberturas cumplen correctamente. Especial mención a las distintas sensaciones según el tipo de arma que utilicemos. En contraparte a este buen hacer, si decidimos colarnos a hurtadillas en el seno enemigo, todo se facilitará en sobremanera de una forma alarmantemente ridícula. Para empezar, contaremos con un tipo de visión habitual en sagas como Assassin's Creed, que nos permitirá ver la posición de los enemigos a través de las paredes, algo que no cuaja del todo en un juego de corte realista, pero sobretodo lo que más nos chocará es el comportamiento de nuestros rivales y es que en la faceta sigilosa, la inteligencia artificial brilla por su ausencia. Todo lo que deberemos hacer para limpiar completamente una zona infestada de enemigos, será cubrirnos, silbar a un enemigo cercano y tras ejecutarlo, aguardar a que otro lo reemplace sin ni siquiera echar de menos a su compañero. Pero es que además, la IA muchas veces será incapaz de vernos u oírnos aunque estemos degollando a alguien a escasos metros. Dónde si mejora bastante, aunque puede seguir siendo predecible, es una vez nos enfrasquemos de lleno en el tiroteo.
Por otra parte, la conducción si ha sido trabajada prácticamente a la perfección. De entrada tendremos dos configuraciones a escoger; El modo clásico más centrado en una experiencia arcade o el muy acertado modo simulación, capaz de transmitirnos mucho más lo que debía de ser conducir los coches de la época. Comprobaremos que están muy estudiadas las físicas del vehículo, dándonos la sensación de que cada uno cuenta con su propio peso y que ello influye en como se comporta y en como deberemos tomar las curvas. También influirá el terreno por el cuál conduzcamos, ya que notaremos diferencias notables según vayamos por asfalto seco o mojado o por algún terraplén.
New Bourdeaux a ritmo de jazz, rock and bluesEl sistema de combate nos mostrará parte de lo mejor y lo peor del título, según el enfoque que le demos a nuestras incursiones. Por un lado, si optamos por irrumpir en las bases enemigas a tiro limpio y disparando a diestro y siniestro, veremos que las mecánicas de apuntado y el empleo de coberturas cumplen correctamente. Especial mención a las distintas sensaciones según el tipo de arma que utilicemos. En contraparte a este buen hacer, si decidimos colarnos a hurtadillas en el seno enemigo, todo se facilitará en sobremanera de una forma alarmantemente ridícula. Para empezar, contaremos con un tipo de visión habitual en sagas como Assassin's Creed, que nos permitirá ver la posición de los enemigos a través de las paredes, algo que no cuaja del todo en un juego de corte realista, pero sobretodo lo que más nos chocará es el comportamiento de nuestros rivales y es que en la faceta sigilosa, la inteligencia artificial brilla por su ausencia. Todo lo que deberemos hacer para limpiar completamente una zona infestada de enemigos, será cubrirnos, silbar a un enemigo cercano y tras ejecutarlo, aguardar a que otro lo reemplace sin ni siquiera echar de menos a su compañero. Pero es que además, la IA muchas veces será incapaz de vernos u oírnos aunque estemos degollando a alguien a escasos metros. Dónde si mejora bastante, aunque puede seguir siendo predecible, es una vez nos enfrasquemos de lleno en el tiroteo.
Por otra parte, la conducción si ha sido trabajada prácticamente a la perfección. De entrada tendremos dos configuraciones a escoger; El modo clásico más centrado en una experiencia arcade o el muy acertado modo simulación, capaz de transmitirnos mucho más lo que debía de ser conducir los coches de la época. Comprobaremos que están muy estudiadas las físicas del vehículo, dándonos la sensación de que cada uno cuenta con su propio peso y que ello influye en como se comporta y en como deberemos tomar las curvas. También influirá el terreno por el cuál conduzcamos, ya que notaremos diferencias notables según vayamos por asfalto seco o mojado o por algún terraplén.
En el apartado técnico volvemos a encontrar cosas muy buenas y otras que se antojan a medio hacer.
A nivel gráfico es sobretodo dónde veremos más taras y errores de distinta índole dándonos la sensación de que estamos más en una de las primeras pruebas de funcionamiento que en un juego listo para su lanzamiento. No nos equivoquemos, visualmente tiene cosas buenas pero la gran cantidad de glitches y bugs empañan totalmente esas buenas intenciones que se pueden entrever en un título de estas características.
Como puntos positivos podemos nombrar las increíbles cinemáticas con unos muy bien caracterizados personajes y unas excelentes expresiones faciales, el modelado y las animaciones del protagonista o la bonita recreación de Nueva Orleans, que es a nivel artístico y en cuánto al diseño de escenarios, la mejor que hemos visto de esta ciudad en un videojuego. No obstante, si paramos a observar detenidamente nos toparemos con que el grado de detalle es verdaderamente pobre. Las texturas de algunos elementos o el modelado de todo aquél personaje que no se llame Lincoln Clay, deja mucho que desear; los efectos climáticos no aportan nada, y en especial la lluvia de Mafia 3 es de lo peor que se recuerda en un juego de este alcance; la iluminación por su parte es lo que más lastra la experiencia, siendo muy plana en algunos momentos y en otros exagerada hasta la saciedad, rompiendo prácticamente todos los tonos del entorno; también vislumbraremos una niebla demasiado espesa con el objetivo de difuminar la distancia de dibujado y disimular, de algún modo, el excesivo popping. Y es que, eso último merece un capítulo aparte. Mafia 3 está cargado de todos esos errores que despiertan risas y enfados por igual. El clipping y como hemos dicho, el popping están bastante presentes; coches y elementos que van y vienen a su antojo, vehículos demás objetos montados parcialmente sobre otros, etc...A más a más, en ocasiones, los bugs, tales como objetivos o transportes de misión que no se dignan a aparecer o puertas infranqueables, nos impedirán seguir avanzando en nuestro objetivo, viéndonos obligados a reiniciar desde el último punto de control.
La banda sonora, en cambio, es sencillamente brutal. Contando con, además de las canciones creadas especialmente para el juego, más de 100 temas licenciados de grandes artistas de la talla de The Rolling Stones, Elvis Presley, Johnny Cash, Aretha Franklin, Beach Boys, Creedence Clearwater Revival o los Ramones, entre otros. Y como ya sucediera en demás juegos de estilo 'sandbox' como el todopoderoso GTA, hallaremos un especial cuidado en las emisoras de radio, que no solo nos deleitarán con la mencionada selección de temas, sino que también nos irán informando de acontecimientos históricos de la época.
Por otro lado, cabe hacer especial mención al logradísimo doblaje al castellano al que nos tiene ya acostumbrados 2K Games, pero es que tanto ese como el original (al que podemos acceder de forma sencilla) reflejan a la perfección los matices de todos los personajes.
Lo mejor
- La historia y los enfoques a la hora de narrarla.
- El prólogo es genial.
- El carisma, modelado y animaciones de Lincoln Clay.
- Las altas dosis de acción y violencia.
- El sistema de conducción y sus dos modos.
- La ambientación y la recreación de Nueva Orleans.
- Los perfectos doblajes tanto en castellano como en versión original.
- La excelente banda sonora.
- Las mayoría de las misiones siguen un patrón muy repetitivo.
- Ciudad muy desaprovechada y con pocas cosas que hacer.
- El sistema de sigilo y su extremada facilidad no supone ningún aliciente.
- IA muy irregular y bastante torpe en general.
- Apartado técnico más propio de juegos de la pasada generación.
- Demasiados bugs y otros glitches que lo antojan un juego a medio acabar.
Conclusión
Mafia 3 se estrella contra el muro de la decepción, más aún por las expectativas generadas durante su presentación y los meses previos a su lanzamiento, que finalmente no se han visto cumplidas. La historia, la ambientación, una gran mecánica de conducción y un fuerte sistema de combate (Este último sobretodo si lo dirigimos por la vertiente más ofensiva y directa, ya que el enfoque sigiloso es tan extremadamente sencillo que no resulta una experiencia gratificante), son lo mejor de una entrega que de ser comparada con las anteriores de su saga, pierde en prácticamente todo. No obstante, si dejamos a un lado sus numerosos errores técnicos, que es de esperar que sean próximamente parcheados, y lo que pudo ser y no fue, Mafia 3 puede llegar a ser un aceptable y entretenido "sandbox" para todo aquél que disfrute de una fuerte narrativa de índole criminal cargada de contexto histórico y como no, de violencia.
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